sábado, 17 de septiembre de 2011

Y como borregos todavía les votan


Recientemente salió publicado en el periódico Levante-EMV que el antiguo presidente de la Comunidad Valenciana, el personaje que ha hecho de la comunidad un foco de corrupción y que ha hecho que los valencianos nos avergoncemos de serlo, ya que nos abochornan allá donde vayamos por el resto del país. Pues bien, decía que este tipo, el año pasado, durante 2.010, gastó ¡solamente! en combustible la nada despreciable cifra de 53.000 euros, que desglosado serían 157 euros al día y unos 1.100 a la semana.
A primera vista, lo primero que se nos pasa por la cabeza es que es una barbaridad, lo segundo… prefiero no decirlo, me lo reservo, ya que podrían decir que atenta contra esa patraña que se han inventado los que los pillan con las manos en la masa cuando se lo llevan crudo, o sea, que atenta contra el "honor".
Pero, independientemente de eso, habría que justificar semejante cantidad, habría que presentar cuentas de todas y cada una de las veces que se ha usado ese coche. Lo que está claro es que mientras los políticos no tengan una responsabilidad civil y penal por sus actos la situación pasará igual porque lo que ha hecho Trajecitos trasladémoslo a la empresa privada y pongamos que un empleado que tiene coche de empresa hace semejante gasto… ya podemos imaginar las consecuencias, ¿por qué no ocurre lo mismo con las cosas del gasto del erario público? ¿Por qué un político está tan protegido?
Hagamos un ejercicio mental rápido, ¿alguien sabría decirme el nombre de políticos corruptos que hayan entrado en la cárcel por sus fechorías? ¿Alguien podría decirme que partido ha acusado entre sus propias filas a grandes cargos por corrupción y los ha echado del partido?
Sinceramente, la política está podrida, la situación en España no la arreglan estos… ¿la solución? Cada vez admiro más a la Francia de 1.789.

sábado, 3 de septiembre de 2011

Páginas marcadas


Me gustó hablar contigo, parecía que el tiempo no hubiera pasado y, aunque es lo que se dice, es cierto. Al escuchar tu voz me pareció todo natural.
A pesar del tiempo que ha pasado no te he olvidado, de vez en cuando te recuerdo como alguien a quien merece la pena recordar. Es curioso. Hay personas que pasan por nuestra vida y apenas las recuerdas y otras que no las olvidas.
En estos momentos, escribiendo estas líneas recuerdo y lo revivo todo; como una película que pasa por delante de mis ojos y una sonrisa se dibuja en mis labios. Desde la primera comida en una pizzería hasta el último café.
Hace tiempo que no nos vemos, recuerdo que la última vez te invité a comer; tenemos una comida pendiente o, al menos, en eso quedamos. A menudo me decías que soy cabezota “bebiste agua del Ebro y mira...” a ver, señorita, te recuerdo que tú eres de Aragón.

¡Ay Nubolet! Aquellas páginas las tengo bien marcadas.