sábado, 28 de mayo de 2011

El espíritu de Riego


Después de los últimos resultados electorales, donde la derecha ha arrasado, me has surgido una duda que, por mucho que la he planteado a mis amistades a lo largo de la semana, nadie me ha dado una contestación convincente: ¿qué es lo que falla la sociedad o la izquierda?

Creo que en la población hay un descontento muy generalizado por la situación general pero, por alguna razón que no acierto a entender, han preferido confiar en promesas mesiánicas antes que reaccionar. Y no, no digo que el PSOE debería haber ganado; tildarlos de izquierdas es algo demasiado atrevido para los que defendemos esa postura.

Todo ello me hace pensar que si realmente el Movimiento 15-M puede llegar a triunfar, si tenemos en cuenta las elecciones y, aunque sean cosas distintas, creo que la sociedad no está madura para unos cambios de esa magnitud.

Participo en asambleas, hablo con los manifestantes y me parecen muy buenas intenciones; seguro que todos las desearíamos pero, quizá por ello, me parecen utopías y, como todas las utopías, necesitan un líder, una cabeza pensante que pueda dirigirlo todo. No debería ser una persona física, me refiero a varias. Los hindúes, por ejemplo, tenían a Gandhi y en EEUU, el Movimiento por los Derechos Civiles tenía a Martin Luther King… este movimiento carece, al menos de momento, de una figura de esas proporciones.

Por ello, cuando escucho cosas tales como la nacionalización de la banca, que los políticos declaren todos sus bienes o que no puedan tener más de puestos públicos, o que se les retiren las pensiones vitalicias por solamente estar 8 años ejerciendo su labor pública pienso “perfecto, de acuerdo… pero ¿cómo?” ¿Cómo podemos confiar que los mismos corruptos (vamos a llamarles presuntos) cambien de un día para otro?

En la historia tenemos claros ejemplos de sociedades que han intentado cambiar y, para ello, han cambiado a sus dirigentes. Así, por ejemplo, se me ocurre la Revolución Francesa; donde el pueblo eligió lo que quería pero, para ello, tuvo que cambiar a la clase dirigente porque, ¿hubieran estos dado a la sociedad lo que pedían de una forma pacífica? ¿Hubieran renunciado a sus privilegios? Y qué decir de la Revolución Rusa, 130 años más tarde pero con el mismo resultado: cambiar la sociedad.

En España hubo un intento, en 1820, donde el general de Riego tuvo que levantarse contra el despótico Fernando VII iniciando lo que se conoce como “el Trienio Liberal” pero que, a los tres años, el rey felón apoyado por las monarquías absolutistas se revolvió contra su propio pueblo para que sus privilegios le fueran devueltos iniciando la llamada “Década Ominosa”. Confiaron en que el rey acataría la constitución de Cádiz de 1.812 y no lo hizo pese haber dicho “vayamos todos por la senda de la constitucionalidad y yo el primero”. El general Rafael de Riego debería servirnos de ejemplo para saber lo que puede pasar porque esto, en cierta forma, ya ha sucedido.

Y con esto no estoy diciendo que haya que guillotinar ni fusilar a nadie, pero no creo que esto sirva para que las cosas cambien. El que es corrupto no cambia de la noche al día, no podemos confiar en su palabra y no voy a dar nombres porque cualquiera se los puede imaginar pero yo, personalmente, no creo que esa gente debería estar ahí si queremos que las cosas funcionen.

Lo siento, pero soy pesimista, al menos de momento.


sábado, 21 de mayo de 2011

Jornada de reflexión


Hoy es jornada de reflexión, aunque por mi parte poco tengo que reflexionar. En la Comunidad Valenciana, el paradigma de la corrupción y el descaro político, tengo claro que ganarán los mismos que han manchado el nombre, que lo están haciendo a día de hoy y que continuarán haciéndolo en el futuro. Lo que ocurre en la Comunidad Valenciana no tiene nombre. Parece que hayan puesto un anuncio de reclamo que diga: “Se buscan corruptos y/o imputados para encabezar listas a las próximas elecciones”. El PP aplica la ley de paridad a la perfección: mitad imputados y mitad no.

Con esta premisa, tenemos que aguantar que un tío como Camps, imputado por varios delitos, sea, presumiblemente, el representante de todos los valencianos.

Que el PP ganará las próximas elecciones es algo de lo que no me cabe duda, los valencianos son una rara especie a la que le va la marcha y como dijo Pedro Castro “¿Por qué hay tanto tonto de los cojones que todavía vota a la derecha?”. Ahora bien, de ahí a designar candidato a un fulano con la catadura moral de Camps y que gane unas elecciones hay un abismo.

Lo malo es que no está el solo. En Castellón está Fabra y en Alicante Ripoll, una santísima trinidad de dudosa devoción que harían temblar al juez más pintado. Chicago años 20 es una broma con Valencia siglo XXI.

La Comunidad Valenciana es la vergüenza de España en cuanto a corrupción, nunca, en tiempos modernos habíamos vivido esto y, aún así, todavía hay quien dice que el estar imputado no es nada. Según Alfonso Rus, presidente de la Diputación de Valencia, del PP, por supuesto, dice que: "Estar imputado es ir allí, tocar la guitarra y a casa”. Da lo mismo estar imputado que tener una multa de tráfico. Bueno, para Rus es peor la multa porque esta te cuesta la pasta, en una imputación tocas la guitarra. Este es el respeto que tiene hacia la justicia, ni más ni menos, que un alto cargo del PP valenciano. Pero bueno, ¿qué se puede esperar de alguien que dice “la censura me la pone dura”? No haré un chiste fácil sobre la frase y más sabiendo la talla del personaje.

Yo no diré que Camps es corrupto; no puedo probarlo, ahora bien, soy de la opinión que un político tiene que ser como la mujer del César, que aparte de ser honrada tiene que parecerlo. ¿Es Camps honrado? Rotundamente sí. ¿Lo parece? Rotundamente no y por eso está imputado por cohecho impropio, o sea, soborno. Evidentemente no todos podemos tener el mismo nivel de honradez que Camps, ¿o él se puede equiparar al nivel moral y de rectitud de los que no tenemos problemas con la justicia? ¿O el resto de los que no tengamos problemas con la justicia debemos rebajarnos a su nivel para que esa palabra (honradez) tenga significado?

Algo pasa, algo pasa en la sociedad y no sé qué es.


sábado, 14 de mayo de 2011

Prefiero que no la hagas...



Mi abuela decía que no hay que preguntar lo que no se quiere saber. Gran verdad, porque hay preguntas en las que el interrogado se queda con una cara de bobo que no sabe que responder.
En el caso de los hombres hay dos preguntas comprometedoras en las que hay que tragar saliva, ya que la tierra no puede hacerlo, y salir airoso de la mejor forma posible.
Pongámonos en situación y pensemos en lo que tiene que contestar un hombre cuando una mujer le pregunta… ¿Me quieres? Para acto seguido volver a preguntar... ¿Cuánto me quieres? A ver, mujeres, ¿qué respuesta esperáis ante esa pregunta?
Sin duda son dos preguntas comprometidas. Bueno, después tenemos las derivadas como:
Nunca me dices que me quieres.
¿Me has echado de menos?
¿Tienes ganas de verme?
¿Te has acordado de mí?
Todas esas, de una forma u otra, se pueden sortear. Pero a mí, la pregunta que más miedo me da, a la que más temo es… ¿Te puedo hacer una pregunta? ... Cuando una mujer me dice eso me pongo a temblar.

P.D. Me reservo el derecho de añadir nuevas derivadas.

sábado, 7 de mayo de 2011

¿Qué ha sido de...?


A
minatou Haidar.
Todo el movimiento a su alrededor, todas las voces que pedían la libertad del Sáhara, el seguimiento de esta mujer… quiero pensar que aquello no fue solamente una moda pasajera. Ese era mi temor cuando escribí sobre aquellos acontecimientos hace más de un año en esta entrada.