sábado, 31 de marzo de 2018

¡Karma!



Sí, es karma. Tal y como comentaba hace un par de entradas, tenía la posibilidad de trabajar en Cádiz y esa posibilidad se ha materializado en realidad. Tendré una estrecha colaboración con una empresa de Chiclana de la Frontera que trabaja, principalmente, en la zona de la Bahía de Cádiz, aunque actualmente tiene obras en Madrid y Cuenca. 
En la reunión mantenida, de aproximadamente un par de horas, me proponían estar durante un tiempo a prueba y si encajaba en lo que ellos buscaban contratarme en plantilla. Me negué, principalmente, por dos motivos: el primero es que yo no tengo que demostrar nada a nadie, como si fuera un becario que está acabando su carrera o un recién egresado,  y el segundo es que habiendo vuelto al sitio que quería volver (Zaragoza) no iba a dejarlo así como así y por algo sin garantías. Finalmente acordamos trabajar de una manera colaborativa, sin riesgos para unos ni para otros. ¿Eso qué supone? Que con cierta regularidad deberé ir a Cádiz y estar allí unos días (dependiendo de la complejidad del trabajo), aunque, habitualmente, podremos trabajar desde la distancia. 
Nunca digas nunca jamás’ es el título irónico de la película de James Bond. Los productores lo eligieron ante la negativa de Sean Connery por interpretar al famoso espía (como había dicho unos años antes), pero un jugoso cheque le hizo cambiar de opinión. En este caso, no hay cifra mareante, lo mío es, tal y como dice el título de esta entrada, karma.

martes, 27 de marzo de 2018

La Saeta (Machado, Serrat y... Camarón)


Podría haber puesto otra cosa, pero supongo que mi estancia durante estos días en la tierra del fervor llevado hasta lo grotesco hace que sea algo cómplice, aun sin quererlo.
Camarón, Serrat y Machado.
Machado, Camarón y Serrat.
Serrat, Machado y Camarón.
Que se junten los tres -da lo mismo el orden- y tenemos esta obra de arte que nos acerca al éxtasis. 


sábado, 24 de marzo de 2018

¿Karma?



Hay distintas versiones sobre lo que es el karma. Unos dicen que son cuentas de vidas pasadas que tenemos que pagar en esta, algo que queda pendiente y tenemos que solucionar. Otros no, lo ven como un aprendizaje para que el espíritu siga evolucionando. Quizá no tenga que ser algo que se arrastre de supuestas vidas pasadas (no nos pongamos místicos), tiene que ser algo de esta misma; algo que hemos hecho o dicho y que, como suele decirse, tengamos que tragarnos nuestras palabras y nuestro orgullo. Sea lo que sea, no me cabe duda que, de una u otra forma, es un aprendizaje o una clara señal indicativa para cambiar conceptos y ver las cosas desde distintas perspectivas. Asumir que las cosas son así, por mucho que uno se empeñe en negar la evidencia. Lo resumiría en una frase que me encanta: todo tiene un porqué, pero nada es porque sí.
Esta entrada es atemporal. Hoy, miércoles, he recibido la llamada de una empresa con la que me puse en contacto hace tiempo, tanto que no lo recordaba, probablemente un par de años. Cabe la posibilidad de que surja una hipotética colaboración que podría ser muy beneficiosa para ambas partes. Por ello, mañana jueves tengo un largo y casi milenario (kilométricamente hablando) viaje y el viernes por la mañana tengo la reunión. Tiene pinta, por la conversación mantenida, que llegaremos a un buen entendimiento, ya que hay buena predisposición. Podría haber escrito esta entrada hoy, contando cómo ha ido todo, pero quizá no tenga tiempo para ello... ya lo pondré el martes. Pero puedo adelantar que si llegamos a un acuerdo tendré que vivir durante largas temporadas de manera nómada entre Zaragoza y... Cádiz. ¿Karma?

martes, 20 de marzo de 2018

Laetitia



Hace más de un mes recibí un correo de una empresa francesa que se dedica a la fabricación y colocación de suelo permeable. Es un pavimento que en España, por lo que sea, no se comercializa; siempre he pensado que los franceses nos llevan de adelanto más de dos siglos, concretamente desde 1789 hasta la actualidad.
Como el producto me pareció interesante contesté al correo pidiendo información. Los correos eran enviados por Laetitia. El nombre no deja lugar a dudas, nombre francés y, supongo, que francesa, sin embargo, su escritura era más que aceptable.
Semanas atrás llamé al teléfono que adjuntaba en el correo, ya que necesitaba cierta información que no venía reflejada sobre los rendimientos del material en la obra. Cuando respondieron… era Laetitia. Y llegados a este punto me pregunto, ¿cómo he podido pasar toda mi vida sin escuchar a una francesa hablar español? Estuvimos hablando durante media hora… parecía que ella susurraba… las s alargardas… las r parecían j… y el tono… bajito… sin interrumpir… 
Hace un par de semanas me envío un correo informándome sobre que iban a hacer, colocarían ese pavimento y si estaba interesado podría asistir. No tuve que pensar nada. Durante el viaje sonaba Aute...
Cuando la vi… su voz fue lo que menos me gustó. Rubia, con mechas y el pelo recogido. Estatura poco más alta de la media y un peso acorde a su altura. Vestía unas mallas negras que remarcaban más su figura y una cazadora color azul marino. 
Allí estaba yo, rodeado de franceses sin entender nada. Pero Laetitia estaba siempre cerca traduciendo cada paso que se daba en la obra. Escucharla hablar ya era una delicia, pero, encima, que hablase de construcción… ¡así no se puede trabajar!
Acabó la jornada y volví a Zaragoza. Volvió a sonar Aute… y en el viaje de vuelta el estribillo de la canción era: J'aime, j'aime, j'aime, faire l'amour avec toi.
Hemos quedado para después de Semana Santa. Tengo que desempolvar los apuntes de suelos y ... ¡hormigón! Años después volvemos a encontrarnos, pero en diferentes situaciones. Todavía quedan muchas cosas que pulir y, ¿por qué no? Collioure... Avignon... París... 

PD. Tuve la osadía de poner la radio y, casualmente, hablaba Susana Díaz…
PD. II ¡Cómo no iba a haber afrancesados!

martes, 13 de marzo de 2018

Siglo XXI


Esta tarde he salido de viaje por motivos de trabajo… más de cuatro horas de coche tenía por delante. Después de casi una hora escuchando la radio he puesto un CD que hacía años que no escuchaba. Un CD en el que hay más de cien canciones. Han sonado unas cuantas, pero me ha venido al pensamiento la de esta entrada… no sé porqué… la he buscado y ya no he podido dejar de escucharla hasta que he llegado a mi destino. Durante casi tres horas no sé cuántas veces habrá sonado.
Una vez he bajado el equipaje, he cenado y he ido a la habitación me he puesto a escribir esta entrada y, como no, escuchando la canción.
Bonne nuit.



sábado, 10 de marzo de 2018

The final countdown


Hace unos días estaba en una cafetería y sonó esta canción… ¿cuántos años tendrá… quizá 30? Yo tendría 12 ó 13 años, como suele decirse, todavía no había salido del huevo.
Escucharla me traslado a aquella época, a mediados de los 80. Y no es que aquellos fueran especiales, supongo que como los de cualquiera que abandona la niñez para entrar en la adolescencia, pero quizá sea la primera canción y más antigua que yo recuerde. 


martes, 6 de marzo de 2018

Victoria Kent, la cordura de una mujer



Intelectualmente, ha sido considerada la mujer más importante de su época. Defensora de los más desfavorecidos. Las mujeres, los presos, los refugiados y los huérfanos fueron el sentido de su vida. Sin ella sería imposible entender la historia de la España de los años 20 y 30.
Victoria Kent fue la primera mujer en colegiarse en España y en ejercer la abogacía, ni más ni menos que durante la dictadura de Primo de Rivera. La única en formar parte de un Consejo de Guerra y conseguir la absolución de Sánchez Albornoz y la primera mujer en ser nombrada diputada por Madrid a Cortes constituyentes durante la II República. Dejo su huella como Directora General de Prisiones. Sus decretos alcanzan perfiles inéditos en España y Europa, adelantándose veinte años a los países nórdicos. Entre otros destacan la eliminación de cadenas y grilletes, el derecho a leer la prensa, libertad de asistencia a los actos religiosos, permisos de salida, incremento de la ración alimentaria o la creación de talleres de trabajo. Pero algunas de sus reformas no son aceptadas por los poderes fácticos del momento y se ve obligada a dimitir de su cargo tan solo tres meses después de su nombramiento. La iglesia, la banca y los militares no pueden aceptar el derecho a las visitas conyugales, que consideran mera prostitución, ni tampoco la sustitución de las monjas por funcionarios debidamente formados.
Pero Kent, que jamás se definió como feminista, ha pasado a la historia por su enfrentamiento con Clara Campoamor por su defensa en contra del voto de la mujer. Su memorable discurso se puede leer aquí. No se puede tomar a la ligera y dar una opinión precipitada sin haberlo leído detenidamente, con calma. Por desgracia, el tiempo demostró que tenía razón, pero la recordada es Campoamor.
Tampoco pretendo contar su biografía, si alguien está interesado o le mueve la curiosidad puede buscar quién fue esta magnífica mujer. Pero he querido recordarla debido a la próxima huelga feminista del 8 de marzo. No me he leído el manifiesto, por ello no me pronunciaré, pero cuando se habla de desigualdad siempre me surgen algunas dudas a las que no encuentro respuesta. Me considero totalmente en contra de la representación paritaria. Cualquiera que tenga un negocio desea que le vaya bien, independientemente de si son hombres o mujeres los que trabajan en él o si hay más de uno u otro sexo; en cuanto el sexo, obligatoriamente, se convierte en un condicionante para obtener un trabajo hay sexismo. Tampoco acabo de entender que en una sociedad tan capitalista como la nuestra se diga que una mujer cobra menos que un hombre por hacer el mismo trabajo, ya que, de lo contrario, solamente trabajarían mujeres, ¿a qué empresario no le interesaría pagar sueldos más bajos?
Creo que con esto de la igualdad y el feminismo estamos sacando las cosas de quicio. Ya no entro en el tema del lenguaje, donde había que decir cada vez los dos géneros, hasta que la RAE dijo que ya estaba bien de tanta tontería o, la última, en la que la Comisión de Igualdad del Congreso ha aprobado una proposición no de ley de Compromís que insta al Gobierno a reformar la Constitución para que el ‘Congreso de los Diputados’ pase a llamarse ‘Congreso’, a secas, para hacerlo más inclusivo. Hemos caído en el absurdo.
Visto lo visto, ¿qué pensaría mi admirada Victoria Kent de todo esto? Mejor no saberlo.

sábado, 3 de marzo de 2018

Discurso de Lorca en la inauguración de la biblioteca de Fuente Vaqueros


Lorca, con su hermana Isabel en el regazo, leyendo un libro


Discurso pronunciado por Federico García Lorca en la inauguración de la biblioteca de su pueblo natal, Fuente Vaqueros, en septiembre de 1931. A pesar del tiempo transcurrido, si uno lee el discurso se puede dar cuenta de su vigencia. Perfectamente podría aplicarse a nuestros tiempos. 

Y yo ataco desde aquí violentamente a los que solamente hablan de reivindicaciones económicas sin nombrar jamás las reivindicaciones culturales que es lo que los pueblos piden a gritos”.
Que gocen todos los frutos del espíritu humano porque lo contrario es convertirlos en máquinas al servicio de Estado, es convertirlos en esclavos de una terrible organización social”.
El lema de la República debe ser: ‘Cultura’. Cultura porque sólo a través de ella se pueden resolver los problemas en que hoy se debate el pueblo lleno de fe, pero falto de luz”.


***

‎“Cuando alguien va al teatro, a un concierto o a una fiesta de cualquier índole que sea, si la fiesta es de su agrado, recuerda inmediatamente y lamenta que las personas que él quiere no se encuentren allí. ‘Lo que le gustaría esto a mi hermana, a mi padre’, piensa, y no goza ya del espectáculo sino a través de una leve melancolía. Ésta es la melancolía que yo siento, no por la gente de mi casa, que sería pequeño y ruin, sino por todas las criaturas que por falta de medios y por desgracia suya no gozan del supremo bien de la belleza que es vida y es bondad y es serenidad y es pasión.
Por eso no tengo nunca un libro, porque regalo cuantos compro, que son infinitos, y por eso estoy aquí honrado y contento de inaugurar esta biblioteca del pueblo, la primera seguramente en toda la provincia de Granada.
No sólo de pan vive el hombre. Yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle no pediría un pan; sino que pediría medio pan y un libro. Y yo ataco desde aquí violentamente a los que solamente hablan de reivindicaciones económicas sin nombrar jamás las reivindicaciones culturales que es lo que los pueblos piden a gritos. Bien está que todos los hombres coman, pero que todos los hombres sepan. Que gocen todos los frutos del espíritu humano porque lo contrario es convertirlos en máquinas al servicio de Estado, es convertirlos en esclavos de una terrible organización social.
Yo tengo mucha más lástima de un hombre que quiere saber y no puede, que de un hambriento. Porque un hambriento puede calmar su hambre fácilmente con un pedazo de pan o con unas frutas, pero un hombre que tiene ansia de saber y no tiene medios, sufre una terrible agonía porque son libros, libros, muchos libros los que necesita y ¿dónde están esos libros?
¡Libros! ¡Libros! Hace aquí una palabra mágica que equivale a decir: ‘amor, amor’, y que debían los pueblos pedir como piden pan o como anhelan la lluvia para sus sementeras. Cuando el insigne escritor ruso Fedor Dostoyevsky, padre de la revolución rusa mucho más que Lenin, estaba prisionero en la Siberia, alejado del mundo, entre cuatro paredes y cercado por desoladas llanuras de nieve infinita; y pedía socorro en carta a su lejana familia, sólo decía: ‘¡Enviadme libros, libros, muchos libros para que mi alma no muera!’. Tenía frío y no pedía fuego, tenía terrible sed y no pedía agua: pedía libros, es decir, horizontes, es decir, escaleras para subir la cumbre del espíritu y del corazón. Porque la agonía física, biológica, natural, de un cuerpo por hambre, sed o frío, dura poco, muy poco, pero la agonía del alma insatisfecha dura toda la vida.
Ya ha dicho el gran Menéndez Pidal, uno de los sabios más verdaderos de Europa, que el lema de la República debe ser: ‘Cultura’. Cultura porque sólo a través de ella se pueden resolver los problemas en que hoy se debate el pueblo lleno de fe, pero falto de luz”.